Consejo: No aceptes bebidas de los fiscales del kirchnerismo, tal vez, comedidos por verte con cara de estreñido, le hayan puesto 20 milímetros de laxante. De onda, no aceptes nada, ni un caramelo. Si te estás meando no salís corriendo al baño, pedís al Fiscal General anti K que te reemplace. Si sacás la vista de la urna, aunque más no fuera para rascarte el talón, te acuestan con 50 sobres.
Hacia las 15, la escuela estará en una orgía cívica, entre los que salen denunciando que no están las boletas de Perón, los que gritan en las filas que con los milicos estábamos mejor, los que cuidan los autos afuera, y los que pasan por las mesas dejando estampitas de San Cayetano con una espiga de trigo, lo mejor es mantener la mente fría. Hay que ir verificando que siempre haya boletas de todos los partidos. Si hay choreo generalizado, seguramente se hará una denuncia en la Justicia Electoral.
Esta vez no es como en las presidenciales, no pueden robarse todas las boletas y dejar sólo las de ellos, así que que tampoco cunda el pánico. Tranqui. El día es largo. Lo que seguramente harán es llevar a su gente a votar temprano y luego del mediodía harán más lentas las cosas para que la gente se canse y se retire sin votar. Con buena onda hay que exigir al presidente que acelere el trámite. Mientras vota uno, se va revisando el DNI del otro.
Repito, no aceptés un mate de nadie, vos sólo tomás de tu termo. No le das bola a los que dicen que la radio anunció que se suspendieron las elecciones, vos no sacás la vista de la Urna. Hacé de cuenta que estás en la cárcel y que nada le haría peor a tu integridad física que creer que se están haciendo los amigos porque les caés bien. Lo mejor es decirles que al final intercambiarán mails y se pasarán los Facebooks.
Ya son casi las cinco de la tarde. Mientras te preguntás para qué carajo te ofreciste de fiscal e intentás que los calambres y el frío no te hagan babearte, pensá en la cara de Máximo Kirchner en su bunker, diciendo que esta elección la ganan caminando. Si no funciona y te dan ganas de tomarte otra vez dos micros, dos trenes y un subte, pensá en Cristina, con dos gramos de merca adentro, en tanga, desde la terraza de Casa Rosada cagándose de risa de vos y de todos nosotros.
Son las 18. Por más que el Presidente diga que se tiene que ir a manejar el remise que se compró con el plan canje, vos, de manera educada, le recordás que los que están dentro de la Escuela tienen derecho a votar. Si no te da pelota, fijate si hay un gendarme cerca, mientras le decís: "Compañero, esto no le hubiera gustado a Manolo Quindimil".
Cuando votaron todos, tachan del padrón a los que no fueron, si la cifra de diferencia entre lo que vos tenés y lo que el Presidente acusa es de más de cinco votos, podés avisar que vas a impugnar la urna. Te reís como si fuera joda, pero recordá que el que avisa no traiciona (si al final ganaron ellos impugnás, si perdieron reconsiderás ya que tal vez contaste mal).
En el Aula, no debe haber NADIE más que los fiscales y el presidente, y éste es el único que puede tocar los sobres. OK, de nuevo, sé que te sentís solo y al pedo, pero poné cara de malo y exigílo. No te confiés en los fiscales de otras listas inexistentes como el Partido Blanco de los Jubilados, son kirchneristas disfrazados, juntando firmas para el acta de escrutinio.
Si la diferencia es mayor a cinco votos entre la cantidad de sobres y los votantes que tenés registrado en tu padrón, lo lamento, pero llegó la hora de hacerte el Juan Moreira. Esperá que pase el Fiscal General y le avisás a él, no te hacés el demócrata con los cumpas de la Unidad Básica "Rescate Humanitario", sino los compañeros te van a empomar con la maqueta del Cabildo que hicieron los pibes de 5º A.
Si te llevaste el MP3 para hacer más llevadera la jornada, lo peor que podés hacer es prender la radio. No des pelota a lo que digan los noticieros y sus bocas de urna, los votos que valen y los resultados son los que salen de cada mesa; te podría desmoralizar o que tengas un exceso de alegría. Lo primero es malo porque te van a cagar con el recuento y todo el día que te pasaste allí será al pedo. Lo segundo no es bueno para tu futuro porque te pueden dejar paralítico de un sillazo.
Listo, contamos los votos, ganó el que ganó, lo importante es el acta de escrutinio. La urna no la vuelven a abrir nunca más. te lo aseguro, dejate de joder con la urna. Fijate que vuelquen los datos correctamente en el Acta, que por esas cosas de la vida, le llaman Telegrama de Escrutinio.
Luego de poner los datos cada uno de los fiscales en sus actas, hacete firmar la tuya por los otros y por el presidente de Mesa, es la única prueba que tiene la oposición del resultado de tu mesa, para reclamos posteriores o lo que fuera. Una de esas Actas va en un sobre papel madera (desde allí se llama Telegrama de Escrutinio a esa Acta) que el presidente deberá entregar al personal del Correo. ¡Pará! todavía no ganaste nada.
Acompañá al presidente de Mesa y la urna, que lleva pegado otro sobre igual hasta el lugar donde se juntarán todas las urnas y se esperará a la gente del Correo Argentino. NO SAQUES la vista del sobre con el Telegrama. Si el presidente está copado mal con el kircherismo puede que cambie el telegrama por otro, con otras cifras, y cagaste el día. Entregá tu copia al Fiscal General.
Llegó el del Correo a buscar los Telegramas. Preguntita: ¿Estás seguro que es del Correo? Si no estás mandándote mensajitos de texto con tu novia o garroneando un pedazo de Pasta Frola que sobró de la merienda, fijate que estos tipos se identifiquen con el personal de las FFAA de la escuela, hay muchos pícaros que se roban los telegramas originales y tienen preparados otros para dárselos, más tarde, a los verdaderos comisionados por el Correo.
Listo, ya está, parece difícil pero todo se trata de prestar atención, no creer que intentan hacerse amigos tuyos porque les caés bien, no confiar en nadie que no sea tu fiscal general y no tomar ni comer nada que te ofrezcan.
No hay que hacerse el loco. No necesitamos héroes, necesitamos ciudadanos. Estamos podridos de putearlos, ahora hay que ponerse en movimiento.
Vota con todas tus fuerzas